viernes, abril 25, 2008

Podemos ser ciegos, pero no tontos

Con esto del centralismo y las autonomías se encuentran sobre el tapete los pros y contras de ambos modelos. Desde un punto de vista con sentido común, la reducción de burocracia estatal tiene sentido, durante años escuché gente de todo el país que se queja por la necesidad de moverse desde el más recóndito punto de Bolivia hasta La Paz para concluir algún trámite, con el valor agregado que subir a los 3600 metros sobre el nivel del mar de la ciudad, no es muy grato para algunos organismos.

En cuanto a los recursos, quien mejor que los directos beneficiarios para saber qué necesitan, en qué gastarlo y las mejores opciones de costo dentro de la misma región, en ese sentido una autonomía es beneficiosa, pero surge una de las principales dudas, viveza criolla, en un país como el nuestro, caracterizado por los altos niveles de corrupción, será que se gastan la platita con sabiduría? La desconfianza es mutua, si ya roban desde el gobierno central... será que robarán también los autónomos?, los sistemas de control por lo tanto son vitales, pensar que la autonomía es una completa independencia de controles centrales es ser muy ingenuo, o creerse independientes que es otro asunto.

Ya desde el siglo XIX y principios del XX, con la guerra federal y el indígena Zárate Willka por ejemplo, quien fue un acérrimo autonomista desde nuestra óptica actual, el tema de la descentralización es necesaria, pero coordinada, en el caso de la consulta del 4 de mayo en Santa Cruz a todas luces se observa que la idea autonómica está secuestrada por grupos de poder económico en una clara maniobra de mantenimiento de privilegios.

En una sociedad excluyente como la nuestra, la idea de ponerse en los zapatos del "otro" es una utopía, cree alguno de ustedes que los movimientos cívicos del oriente piensan en la gente humilde de su departamento? con sólo ver el listado de personas que componen dichos movimientos se nota claramente que la igualdad social no ha llegado estas instituciones, no existe un sólo indígena entre sus filas, eso sí, son dueños de medios de comunicación, tienen inmensas cantidades de tierra en sus manos y capitales ingentes que necesitan preservar. El hecho de que sólo un diez por ciento de la población reciba el 46% de los ingresos del país y en contrapartida el diez por ciento más pobre perciba únicamente el 0.17% es patético.

Lo ocurrido en alto Parapetí, cerca de Camiri es sólo un ejemplo de lo que en el fondo quieren los latifundistas de Santa Cruz, poblaciones de guaraníess se encuentran ahí adentro, sin opciones, casi al nivel de servidumbre, y por qué, simplemente porque algunos creen que sólo ellos tienen la capacidad y el derecho a poseer la tierra. Es completamente injusto. Movieron cielo y tierra para detener el saneamiento de tierras y ahora el mismo está condicionado a "el referéndum del 4 de mayo", no seamos ingenuos.

Ser indígena, pobre o colla se ha vuelto un pecado entre los poderosos, bajo el pretexto del centralismo han conformado un feudo donde ellos son los reyezuelos y han embanderado la ciudad con la autonomía, los medios de comunicación de su propiedad bombardean los ojos, oídos y cerebros de los cruceños y hay muchos que podrían dar hasta sus vidas por defenderlos. El dinero lo puede todo dicen.

Lamentablemente el gobierno del MAS profundiza aún más la brecha, estar de turno en el poder es demasiado para el ego de muchos, peor aún con dirigente como Evo Morales, que no es un buen líder, es de aquellos que busca sólo la confrontación, tal vez por resentimiento o demasiada terquedad.

Podemos ser ciegos pero no tontos, asistamos y votemos por el NO a los estatutos creados por y para los ricos. Demostremos que la Bolivia que quieren los cívicos no sólo se circunscribe al segundo anillo y la Monseñor Rivero.

La Bolivia profunda que conozco es morena, mestiza, y ansía justicia, demostrémoslo.

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