Difícil decisión la que nos ha tocado en esta elección, a pesar de no tener en la palestra a los candidatos y partidos de siempre, que es un alivio, tenemos nuevas caras y siglas que representan intereses o extremos ideológicos con los cuales la mayor parte no estamos de acuerdo y no lograrán tener un respaldo suficiente.
De acuerdo a las encuestas Evo va primero, no por mucho y he ahí el problema, me explico, por experiencia sabemos que Morales fue un experto en generar conflicto y en garantizar constante inestabilidad política, ello le ha dado protagonismo anti-sistémico, y en consecuencia respaldo popular, la clase empobrecida del país ve con buenos ojos que un dirigente indígena suba al poder, la corriente socialista emergente en la región no tiene otro representante en Bolivia, las masas movilizadas y organizadas son muy fuertes en este momento.
En resumen, será muy difícil evitar su ascensión al poder.
En los 23 años de democracia en Bolivia nunca se ha dado el caso de algún candidato presidencial que obtenga el 50% + 1 de los votos a nivel nacional, condición necesaria y suficiente para una elección directa, dicen que nos falta una segunda vuelta, de acuerdo, pero mientras nuestra constitución no se reescriba debemos respetarla y de acuerdo a ella caeremos nuevamente en una elección congresal con la lamentable consecuencia de algún otro pacto político donde nuestros representantes deciden lo que nosotros quisimos decidir. Con este panorama nuestra elección viene a ser un cálculo aritmético más que una verdadera decisión, ...a ver cuantos parlamentarios salen de este partido... quienes los apoyarán... será que sale presidente el segundo más votado...
Qué sucedería si por cualquier motivo algún otro candidato o movimiento político, que no sea Evo Morales, mediante pacto se hace con el gobierno?, pues como ha sucedido desde hace años el MAS (partido del dirigente cocalero) provocará nueva ingobernabilidad, sea en el parlamento o en las calles, da igual.
Ahora planteo el voto, el cual más que una convicción es una estrategia. Para evitar que Evo nos gobierne con bloqueos (angustiante realidad), garanticemos que suba a la silla presidencial, démosle la mayor cantidad de parlamentarios para evitar un pacto opositor, sepamos por fin cómo podría llevar adelante dicho gobierno, que el MAS nos demuestre si es tan capaz como para poner contentos a todos al mismo tiempo, comprobemos si logra mantener el aparato productivo, veamos si nadie bloquea a Evo.
Alguien pensará que es irresponsable esta decisión, que Bolivia caerá en un abismo, que habrá lucha entre regiones y clases sociales, que Chávez nos gobernará desde Caracas o que el imperio pretenderá imponernos algún otro destino, todo ello si Evo Morales sube al poder. En respuesta, el mejor argumento es: lo mejor es afrontar el problema de raíz que tratar de evitar lo inevitable, enfrentémoslo, la esperanza para Bolivia en estos tiempos difíciles es que Evo aún tiene un pequeño porcentaje del beneficio de la duda.
