Las ratas y ratones no tienen deseos, solo satisfacer sus necesidades primarias, son una masa caótica, donde aparecen es porque no existe orden, aprovechan la ausencia de luz y el exceso de basura, si se trata de disputar un trozo de comida no dudan en atacar a sus semejantes e incluso matar.
El poder no es mas que un delicioso botín, un trozo de comida demasiado bueno como para ser deshechado y cada ratón en nuestro país lo está deseando por uno u otro motivo, sea para satisfacer su sed de poder, sea para mantener su status quo y mantener la desigualdad, sea por hacer experimentos de ideologías pasadas de moda o incluso por un hambre de caos y locura sin sentido.
Me pregunto si los líderes de los movimientos sindicales y sociales de nuestro país se han dado cuenta que la destruccion de las bases democráticas de un país conduce a su destrucción moral, que puede propender incluso a una destruccion territorial. no creo que nadie gane con eso.
Cada ratón pretende quedarse con lo suyo y en ese afán puede derrumbar lo que sea por conseguirlo, mucha gente e incluso yo nos hemos preguntado si será necesario un gato que ponga orden en este caos, un ente que imponga autoridad, razonandolo he llegado a la conclusión que algo así sólo provocaría muerte dolor y luto, en un país con heridas aún recientes la opción de la fuerza contra la fuerza es preocupante.
Sin embargo una democracia de sordos y donde la razon y la lógica común se han quedado subyugadas a los intereses particulares, sectoriales o regionales no sirve. Busquemos derrotar a los líderes sindicales que como ratas pretenden roer nuestra estabilidad.
